26 de marzo de 2017

Comunicado a favor del renombramiento del barrio Vapor Amadeo, Río Grande, Argentina

"Las calles, plazas y barrios de Río Grande llevan nombres que son representativos para las personas que los habitan. En ellos se expresa nuestra identidad, nuestra vida cotidiana y nuestra historia. Es por eso que consideramos absolutamente legítimo el reclamo de los vecinos del barrio “Vapor Amadeo”, quienes solicitan el cambio de denominación de las arterias y el barrio que arbitrariamente fueron impuestos por José Fernández Speroni.

Las disputas en torno a la denominación de las calles y el barrio ubicado sobre los campos que otrora fueron propiedad del controvertido José Menéndez, nos llama a reflexionar en torno a la reproducción de cierta historia oficial, que deliberadamente ha ocultado hechos de sangre, expoliación y muerte y al mismo tiempo, ha enarbolado la figura de los responsables del genocidio como “pioneros” del progreso fueguino.

Familia Selk'nam fotografiada en 1908 por Charles W. Furlong
A fines del siglo XIX se inicia un plan sistemático de matanza, del cual se posee documentación relevante, de los pueblos originarios de la isla grande de tierra del fuego, en el marco de un plan mayor denominado campaña o conquista del desierto, el cual sería impulsado por el entonces presidente Julio A. Roca. Si bien dicha campaña data de un período anterior al genocidio perpetrado en nuestra isla, podemos asegurar que los efectos devastadores de este proceso llegan tardíamente a nuestra región, y son consecuencia del mismo plan de exterminio, que continúa con la presidencia de Juárez Celman. Por lo tanto debemos considerar y hablar de una campaña del desierto fueguino, posterior respecto de su antecesora a causa de la ubicación distante de nuestra isla.

Con la llegada de los primeros exploradores y colonizadores, que localizan su atención en los recursos naturales de nuestra isla, inicia una ocupación del territorio sin precedentes, hablamos de una ocupación violenta y es en este sentido, el principio del genocidio fueguino.

El "Vapor Amadeo" en plena actividad, con bandera chilena y la "M" de Menéndez pintada en la chimenea

SOBRE LA PERSECUCIÓN, LAS MATANZAS (CACERÍAS), Y LA LIBRA ESTERLINA

Se introducen dos elementos desconocidos y determinantes para la historia de los verdaderos antiguos pobladores de estas tierras, que sirven para entender este proyecto de muerte: el alambrado y el ovino, dando lugar a un nuevo componente: la propiedad privada.

A causa de la proliferación de la industria ganadera los selknam comienzan a ser desplazados de las tierras que habitan, las cuales son apropiadas forzosamente por los estancieros y colonos. Este despoblamiento provocado por el hombre blanco reduce los límites naturales y agobia su condición de subsistencia, alterando de forma abrupta su modo de vida tradicional, lo cual resulta en un daño irreversible y concluyente para la historia de los pueblos originarios del confín del mundo. Esta condición impuesta afecta y modifica severamente el estado de cosas, desencadenando además la escasez de alimento, situación que obliga a los antiguos a buscar otro sustento para preservar sus vidas. La oveja sirve para tal fin, sin embargo, este acto sería cruelmente castigado por los empresarios ganaderos.

Es un factor circunstancial el hecho por el cual el cazador y su familia deben abandonar sus labores y adaptarse al nuevo medio, desarrollándose un entorno hostil tanto para ellos como para el guanaco, siendo ambos condenados al exilio. Para entender lo mencionado ilustramos con la siguiente cita:

“Son de una rapacidad imponderable los onas. Roban por puro placer de robar y destruir la propiedad ajena. Arrean cientos de ovejas en el menor descuido de los pastores, y las van desjarretando y dejándolas así a lo largo del camino. Si son perseguidos y se ven en peligro de ser alcanzados, agarran a puñaladas las ovejas y ganan el monte” (Reportaje a José Menéndez. En “ El Diario”, Buenos Aires, 13 de julio de 1899).

Selk'nam presos en Ushuaia, 1896
Como antes mencionamos, se produce una profunda conmoción en el modo de vida tradicional milenario de los antiguos pobladores de estas latitudes, y paradójicamente, es el mismo latifundista que lo expropia de sus tierras y arrebata su alimento principal quien lo culpa de ladrón. A raíz de ello se incrementa la persecución y el asesinato.

Es puesta en circulación una prima por la caza indiscriminada de quienes comienzan a ser vistos como ocupantes ilegales de su propio territorio y tildados de “ladrones de ovejas”. Una libra esterlina o 9.50 gramos de oro será el valor de cada “indio muerto”; sus orejas, genitales, cabezas y senos mutilados, el valor de intercambio. Esta operación de exterminio impulsada por los grandes terratenientes de la isla grande de Tierra del Fuego, no haría más que evidenciar una época nefasta del ser humano. Nombres como Sam Hyslop, Gregorio Prado, Enrique Negron, Alejandro Mac Lennan resuenan por ser los más destacados “cazadores de indios”. Este último, apodado chancho colorado, fue administrador de la Ea. Primera Argentina de José Menéndez y fiel colaborador de éste, logrando ser reconocido en las crónicas como uno de los más grandes asesinos de originarios selknam. Cabe mencionar que Menéndez fue el principal promotor de estas matanzas ya que era quién las ordenaba y financiaba. La unión de su hija Josefina Menéndez Behety con Mauricio Braun sellaría el poderío de una elite dominante que no tardaría en incrementar sus bienes a costa de miles de vidas.

“Para que los indios, acosados por el hambre, no robasen ovejas, los estancieros contaban con cuadrillas de peones a caballo que, armados de buenos rifles y cuchillos, recorrían todo lo largo de los alambrados; y a cuantos desgraciados indígenas les venía a la vista, les daban balas hasta alcanzarlos, y cortándoles las cabezas, se las llevaban al dueño, que les daba por cada una de ellas una libra esterlina” (Nelly Iris Penazzo (1995). Wot´n: Documentos del genocidio ona, Tomo 2. pág. 225).

Fue el historiador regional Mateo Martinic quién publicó una carta estremecedora de uno de los empleados de la estancia Primera Argentina, el escocés James Robbins, que en 1898 escribía a un amigo “tenemos quince soldados aquí cuyo deber es cazar indios” (Martinic Beros, Mateo (1990). El genocidio selk’nam: nuevos antecedentes. Anales del Instituto de la Patagonia, vol. 19, 23-28, Punta Arenas).

Incluso los propios salesianos contarían sobre las oscuras incursiones:
“Llegaron del monte los siguientes indios: Lucas, Cipriano, Martín Chico, Santiago y Ambrosio, traen la noticia de que MacLennan y el comisario Pezzoli en la última expedición que hicieron acompañados por los indios Gregorio y Joaquín mataron a Cauchicol con tres indios más.” (Crónica de la Misión de La Candelaria, cuaderno 1, 9-7-1899. Río Grande).

“Varios empleados de la hacienda de Menéndez mataron a un grupo de hombres indios y las mujeres las condujeron a la misión: bautizamos a las muchachas" (Casali, Romina (2011), Contacto interétnico en el norte de Tierra del Fuego: la misión salesiana La Candelaria (Río Grande) y la salud de la población selk’nam (1895-1931). Tesis doctoral en Historia, Universidad Nacional de Mar del Plata).

"Mac Lennan y el comisario Pezzoli mataron a Cauchicol", 9 julio 1899, diario misión salesiana Río Grande
Mac Lennan fue el organizador de la matanza de Cabo Peñas, donde junto a sus hombres, armados con rifles de repetición, prepararon una emboscada encerrando a hombres, mujeres y niños contra el acantilado donde hoy se halla ubicado el faro, muriendo entre 14 y 17 indígenas. Alexander Mac Lennan se retiró en 1907 tras doce años al servicio de José Menéndez como administrador y mayordomo de sus estancias en Tierra del Fuego. Este último, en agradecimiento por su impecable labor le obsequiaría un reloj de oro el cual graba con la siguiente frase: “Recuerdo de José Menéndez a su buen colaborador Alex Mc Lennan. 1907”

En este contexto lo estancieros amparados por las misiones salesianas y a fin de expulsar a los originarios de las tierras que habitan, provocan una deportación masiva de aborígenes, siendo el grueso de ellos trasladado a la misión salesiana de San Rafael en la isla Dawson y otro tanto a la misión de la Candelaria.

“Está comprobada la participación del Amadeo en la deportación de los selk’nam. En febrero de 1896 treinta y seis selk’nam capturados por los empleados de las estancias fueron conducidos a Punta Arenas a bordo del vapor. El 8 de marzo del mismo año el mismo barco trasladó desde Bahía Inútil a la misión salesiana de isla Dawson a un grupo de diez personas deportadas: 3 hombres, 2 mujeres y 5 niños y niñas.” (José L. Alonso Marchante, historiador. Comunicación personal).

“El 26 de septiembre de 1911 llegan en el barco “Amadeo” a la Misión Candelaria de Río Grande, los sobrevivientes de la isla Dawson, son 21 personas, 4 hombres, 12 mujeres, 2 niños y 3 niñas. Los mismos llegan enfermos de tuberculosis y terminan por cerrar el circuito mortal, en las Misiones.” (Nelly Iris Penazzo (1995). Wot´n: Documentos del Genocidio ona. pág. 107. Tomo 1).


Mujeres y niños Selk'nam deportados a la misión salesiana de isla Dawson

Son años que marcaron una época oscura en nuestra isla, la presencia destructiva del hombre blanco, que esencialmente fue guiada por la codicia desmedida, el poder y la adquisición de riqueza sin importar los medios. Tuvo consecuencias catastróficas para los verdaderos antiguos pobladores de nuestra tierra, hablamos de crímenes de lesa humanidad, cometidos por responsables que no solo no fueron castigados por la justicia, sino que manipularon la misma para su beneficio, y que desgraciadamente fueron y son etiquetados aun hoy como precursores de la industria local, pioneros e ilustres personalidades que produjeron un negocio rentable y promovieron el crecimiento económico de la zona. Sin embargo, la realidad demuestra que sobre los cimientos de sus empresas hay sangre derramada, actos de despojo, violencia y muerte.

“Vapor Amadeo es el primer barco que comunica Punta Arenas con Río Grande” (Juan Fernández Speroni).

El nombramiento de calles que componen el barrio vapor Amadeo se relaciona estrictamente con la flota de poco más de medio centenar de embarcaciones que pertenecieron a José Menéndez, principal promotor del genocidio ona, como así también con la familia de éste. Es nuestro deber recordar los actos oscuros y aberrantes que marcaron esta etapa sangrienta de la historia fueguina, que benefició lastimosamente a una minoría que incrementó su estatus expropiando y masacrando a los nativos.

Siguiendo a Nelly Iris Penazzo “(…) es a la vista de los misioneros y misioneras que suceden los acontecimientos de persecución-represión y matanza del Ona, depositario principal y justificación del existir misionero. La mala vecindad de José Menéndez, en su originaria aparición como recomendado del Monseñor Fagnano, según J.M. Beauvoir, expresa:
- La conducta de José Menéndez fue ingrata y escandalosa, matándonos indios, por decenas” (Wot´n: Documentos del Genocidio ona. Tomo 2, págs. 210-211).

La incorporación y circulación de la flota cuyo buque insignia fue el Vapor Amadeo, intensificaría el negocio de los Menéndez. La conexión establecida dentro de la isla y con el resto del continente de este medio de transporte, no haría más que favorecer los intereses económicos de un pequeño grupo, que como comentamos anteriormente, incrementó de manera colosal su riqueza y provocó un quiebre en la historia de Tierra del Fuego, en detrimento de los pueblos originarios que habitaban la región.


Los restos herrumbrosos del "Amadeo" en la actualidad

CONCLUSIÓN:

La erosión de la identidad aborigen fue una provocación exclusiva de las minorías pudientes, que fijaron su atención hacia las tierras que estos ocupaban desde tiempos inmemoriales, y que con la complicidad de los estados argentino y chileno pudieron propulsar una industria homicida, cometiendo los crímenes más atroces en contra de los pueblos originarios fueguinos, evidenciando la barbarie de aquellos que se pensaron civilizados. Los asesinatos y mutilaciones sufridas por los cadáveres de hombres, mujeres y niños serán prueba fehaciente de este negocio sangriento, que tuvo como fin último la supresión de nuestros pueblos indígenas que representaban un obstáculo para el progreso de las elites dominantes, quienes elaboraron e implementaron la masacre fueguina.

Esta etapa nefasta de nuestra historia, mancillada por terribles aberraciones, presenta un punto de inflexión y reflexión acerca de la realidad establecida. En el marco de un trabajo constante por la reparación histórica denunciamos que los verdaderos antiguos pobladores de estas tierras fueron víctimas de gravísimas violaciones de los derechos humanos, que repudiamos el prevalecimiento de esta clase hegemónica que aún en la actualidad perpetúa los mecanismos del pasado imponiendo su estatus en nuestra sociedad y que a pesar del sometimiento, el silenciamiento y ocultamiento de nuestro pueblo, permanecemos en pie y reclamamos junto a los vecinos del barrio Vapor Amadeo por el renombramiento del mismo, junto a sus calles y arterias.

El "Amadeo" varado en Estancia San Gregorio, Chile, frente al estrecho de Magallanes
Para finalizar cabe destacar que hace escasos meses se aprueba desde el Concejo Deliberante el proyecto de Ordenanza para que el 25 de noviembre se recuerde el “Día del Genocidio Selk'nam” y es oportuno mencionar que es un claro avance para el reconocimiento del mismo. Sin embargo, creemos que se deben implementar políticas que impliquen una verdadera reparación, y es en este sentido, que la denominación de nuevos espacios alusivos a los genocidas de nuestro pueblo, no son sino un retroceso histórico. Hoy se trata de la familia Menéndez, quienes evocan su imperio a través de nombres como el vapor Amadeo, Alfonso, Arturo, Asturiano y otros, y es por esto que discernimos y solicitamos se rechace esta postura, atendiendo a su carácter arbitrario e implicancia hacia un propósito mayor, relacionado con el genocidio de los pueblos originarios de la isla de Tierra del Fuego.


“1. Los pueblos indígenas tienen derecho a revitalizar, utilizar, fomentar y transmitir a las generaciones futuras sus historias, idiomas, tradiciones orales, filosofías, sistemas de escritura y literaturas, y a atribuir nombres a sus comunidades, lugares y personas, así como a mantenerlos. 
2. Los Estados adoptarán medidas eficaces para asegurar la protección de ese derecho y también para asegurar que los pueblos indígenas puedan entender y hacerse entender en las actuaciones políticas, jurídicas y administrativas, proporcionando para ello, cuando sea necesario, servicios de interpretación u otros medios adecuados”.

Integrantes del pueblo Selk'nam

Cartel urbanización "Vapor Amadeo", Río Grande, Tierra del Fuego, Argentina





11 de marzo de 2017

Misiones salesianas en Patagonia y Tierra del Fuego: dos testimonios de la época

       Las misiones salesianas de la Patagonia y Tierra del Fuego contribuyeron decisivamente a acelerar el final del modo de vida tradicional de los pueblos originarios de la región. A pesar de que tres siglos de misiones en América habían demostrado suficientemente el pernicioso efecto que tenía la sedentarización obligatoria y la imposición del cambio de hábitos a los pueblos indígenas, los salesianos se empeñaron tozudamente en tratar de “civilizar” a Kawésqar y Selk’nam. Más de un millar de hombres, mujeres, niños y niñas fueron confinados contra su voluntad en la misión de isla Dawson, Chile, verdadero antecedente de los campos de concentración, conociendo una mortandad aterradora. Debido a epidemias y enfermedades, en la misión de San Rafael fallecieron casi un millar de personas, una cifra que alcanzó un pavoroso 99% de los internos. Otros trescientos Selk’nam murieron prematuramente en la misión de Río Grande, Argentina, adonde habían llegado escapando de las balas de los terratenientes ganaderos. Su refugio se convirtió en su tumba, sobreviviendo solamente un puñado de ellos.

Selk'nam rodeados de misioneros, monjas y marinos, misión San Rafael, isla Dawson
      Aunque sobre el papel el trabajo debía servir a los indígenas para "civilizarse", en realidad su introducción perseguía unos fines económicos muy concretos. Con la puesta en marcha de las misiones, los salesianos aprovecharon la coyuntura para explotar múltiples negocios, en los que empleaban a los indígenas como trabajadores sin sueldo. Si en isla Dawson pusieron en marcha un enorme aserradero que proveía de madera a toda la región, islas Malvinas incluidas, en Río Grande gestionaron una hacienda que llegó a tener más de veinte mil lanares. Además, cuando todos los indígenas habían muerto, se embolsaron elevados importes con la venta de las tierras misionales. En Río Grande, por ejemplo, las 8 leguas que habían sido recibidas a título gratuito por el gobierno argentino, fueron vendidas por los religiosos nada menos que a los Menéndez-Behety, los hacendados de los que en teoría protegían a los Selk'nam. Un acto reprobable desde cualquier punto de vista pero que les supuso un sustancioso ingreso de cien mil libras esterlinas.

Hombres y niños Selk'nam en la misión de Río Grande, 1902
        Este tipo de maniobras ya generaron rechazo en la opinión pública, la prensa y las autoridades de la época. Sin embargo, la interesada escritura de la historia oficial, muchas veces pergueñada por autores salesianos (Belza, Entraigas, Massa, Bruno, Del Valle, etc), ha ocultado estos testimonios contemporáneos de los hechos descritos. Dos de esos documentos los hacemos públicos aquí, para su lectura y reflexión. Se trata de un informe de Domingo Canales al Gobernador de Magallanes de 1896 y un recorte del diario “La Razón” publicado en 1912.


Informe de Domingo Canales al gobernador de Magallanes

Archivo del Ministerio de Relaciones Exteriores, 10 de junio de 1896

“La visita a la misión salesiana de isla Dawson me ha dejado dolorosamente impresionado. Horror y pesar que experimenté al ver el abandono, el desaseo repugnante, la hiriente desnudez y miseria en que yacen ciento y tantas mujeres adultas y veinte y más hombres. Los indígenas vigorosos que importan a allá de la Tierra del Fuego, se enferman porque se les recibe en sitios inmundos y nadie desde el principio de su llegada se preocupa de compensar de algún modo la rica alimentación de que disfrutaban esos hombres, ni de combatir con presteza los contagios de diferentes enfermedades que los invaden desde el primer momento de su contacto con las razas civilizadas y por el cambio de vida a que se les somete violentamente. Una vez enfermos en Dawson no reciben atención alguna ni se los aísla siquiera, ni aun en este caso se les da cama y por horrorosa que sea la enfermedad que los ataque, esta sigue su proceso al lado de los sanos o medio sanos agrupados en sitios miserables que son contagiados a su vez, o mueren al lado de sus compañeros como los seres más infelices que hayan habitado la tierra. ¡En cerca de ocho años los señores misioneros no han podido aún establecer una enfermería a que, de paso sea dicho, están obligados por su contrato con el gobierno de Chile!

Informe de Domingo Canales al Gobernador de Magallanes, 1896

El único régimen o sistema interno de la misión se reduce a cuidar de una manera altamente deficiente de los niños de cinco años en adelante de ambos sexos y de los mocetones cuyas fuerzas pueden aprovechar fácilmente en la explotación de los negocios establecidos en la isla y a no tener ningún cuidado para las infelices mujeres y hombres adultos que los misioneros, con la notable sagacidad de la que se hayan dotados, se imaginan no poder aprovechar con facilidad. Es así como han muerto abandonados centenares de esos desgraciados que han caído en las manos de la misión”.

Colonización indígena de los salesianos. Nuevo pedido de campos

La Razón, 3 de agosto de 1912

“En días anteriores hemos dado la noticia de la gestión en que se hallan empeñados los misioneros salesianos de Tierra del Fuego, que dirige monseñor Fagnano, para conseguir nuevas tierras fiscales en aquellas remotas regiones, so pretexto de realizar en ellas ensayos de colonización indígena.

Familia Kawésqar en isla Dawson. A la mujer y los niños les han rapado el caballo, 1890
Los que conocen la Tierra del Fuego aseguran que no hay necesidad de tal misión, en primer lugar porque hay muy poco indios y la mayor parte de ellos colocados en establecimientos ganaderos e industriales. Además, desde hace veinte años, los mismos salesianos han establecido una misión en las márgenes del Río Grande, donde tienen veinte mil animales lanares que explotan con los pocos indios que tienen a su cuidado. Han conseguido del gobierno la tierra donde están establecidos en varios lotes de una legua, a nombre de personas de la misma comunidad salesiana.
Artículo "La Razón", 1912
Lo que hay de cierto, según se nos informa por quienes pueden saberlo, es que bajo el nombre de misión se oculta un propósito de negocio, siendo evidente que se quieren obtener más tierras del gobierno para organizar nuevas estancias pobladas de ovejas, cuyo rendimiento exceda su actividad.

El gobierno puede averiguar estos propósitos mandando un inspector a Tierra del Fuego y obteniendo informes de las autoridades administrativas de este territorio. Nosotros llamamos la atención sobre estos hechos, para evitar también que se comentan injusticias con pobladores establecidos en aquellos parajes y que pudieran ser desalojados por los misioneros bajo pretextos humanitarios de civilizar indios. Además, este género de misiones, donde sean necesarias, deben ser confiadas solamente a misioneros nacionales, que no se dediquen a negocios de ninguna clase”.

Lista defunciones misión Dawson, Archivo Salesiano